No ha de leerse como una novela
histórica porque no lo es; es más una ficción histórica, había dicho Zoila Vega
Salvatierra el día de la presentación de Las Saucedo. Y es
cierto. Si bien las acciones transcurren en 1780, a puertas y durante la
Rebelión de los Pasquines, y aparecen nombres como el corregidor Sematnat y el
implacable cobrador de impuestos Juan Bautista Pando, es una historia amorosa
con el fondo de una rebelión.
Se ha dicho que es una novela
localista por la ubicación, el lenguaje utilizado y las costumbres esbozadas
(perfecta descripción de «lo arequipeño» para la época), y ese es,
precisamente, su mérito.
Aprovecha de muy buena manera las
características de la novela decimonónica. Utiliza un narrador omnisciente,
trama lineal y, además, ubica los acontecimientos de la novela cerca a hechos
históricos, como la Rebelión de los Pasquines, para que los protagonistas (y el
narrador, en este caso, poco imparcial) den su opinión del suceso.
Las protagonistas son las tres
hermanas Saucedo: Josefa, Rosario y María del Socorro. A través de la novela
seremos testigos de sus amoríos. Josefa con un matrimonio arreglado con un hombre
de la tercera edad, pero enamorada de Enrique Ibáñez; Rosario, hija no
reconocida de Ignacio Saucedo, se casó con Matías Corrales, un arriero mestizo;
y María del Socorro, la adolescente que se enamorará del joven poeta Pablo
Preciado. Siendo las tres de distinta madre, le permite explorar las distintas
clases sociales y de generación (ya que María del Socorro es prácticamente una
niña al lado de Josefa, de 26 años, considerada, en la época, una solterona por
no tener esposo a esa edad).
Se explota, una vez más, el hecho de
que la aristocracia simplemente utilizó a los indios para sus fines, pues
cuando todo acabó, cuando se consiguió que el cobrador de impuestos Pando
abandone la ciudad, los aristócratas se desentendieron de los indios.
Debido a que estos ya tenían la intención de independizarse de España, fueron
los mismos aristócratas los que combatieron y aplacaron la pequeña rebelión,
ganando así la ciudad el título de «Fidelísima». En ese hecho, murieron
muchos indígenas.
La novela crea, además, la figura de
Enrique Ibáñez, como el gestor intelectual de la rebelión. Según la novela, fue
él quien le sugiere a Sematnat, corregidor de Arequipa, hacerle frente a Pando
con una carta (indirectamente, se la dicta), desencadenando así las más severas
acciones del cobrador de impuestos.
También le da nombre y rostro al que
escribiera, en un inicio, los pasquines: Pablo Preciado, poeta que queda
enamorado de María del Socorro, la hermana Saucedo más joven.
La novela describe muy bien a la
sociedad de la época, haciendo reflexionar en lo poco que ha cambiado hasta nuestros días. Los escándalos se cubrían, pero eso no
significaba que no sucedieran; incluso podría decirse que tenían lugar con más
frecuencia. La diferencia con la sociedad actual es que ahora los adolescentes
hacen todo público: sus relaciones, sus rompimientos, sus abortos; todo se
sabe. No son tan hipócritas como los de antaño, en la que todo sucedía, pero
casi nadie se enteraba.
Zoila Vega le dedica pocas páginas a
los abusos del cobrador de impuestos Juan Bautista Pando (el que provocará la
revolución). Así, los abusos de la Aduana casi no son descritos, solo alusiones a que fueron crueles e intransigentes. Lo que Zoila Vega sí describe
muy bien son los romances de las hermanas Saucedo y los
acontecimientos de la rebelión (levantamiento en armas, escenas de la lucha en
la pampa, actitud de las autoridades).
A lo largo de la novela seremos
testigos de varios guiños que le darán cierto humor a la novela (como cuando
Rosario Saucedo, después de la rebelión, decide marcharse con su esposo al
Cusco a refugiarse en la casa de José Condorcanqui, otro revolucionario;
señalando en el proceso el posible final de Rosario). Además de un final con
diálogos muy emotivos y bien estructurados.
Las Saucedo es una novela que revalora una parte de
nuestra historia que muchos no conocen; aborda parte de nuestro pasado y
nuestra identidad.
«Las Saucedo fue un "hit literario" dentro de mi familia. Ahora se los entrego a ustedes», señaló Zoila Vega, el día de la presentación del libro.