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Zoila Vega Salvatierra

jueves, 22 de junio de 2017

El “Ajuste de cuentos” de Juan Yufra


Por: Carlos Valenzuela

A partir del año 2000, son solo cuatro antologías las que han salido a la luz, a saber: “Cuentos arequipeños” (GRA, 2010), “17 cuentos peruanos desde Arequipa” (GRA, 2012), “20 cuentos arequipeños” (Ministerio de Cultura, 2016) y “Ajuste de cuentos” (Aletheya, 2016). No se está contando las antologías exclusivamente de autores mollendinos, de las cuales hay hasta tres ediciones distintas.
Todas ellas intentan dar una visión sobre la literatura escrita en Arequipa. Algunas con inclusiones de más, otras con ausencias importantes, son muestra del ambiente editorial que se vive en la ciudad. Toda antología es subjetiva; no puede evitarse.
La más reciente antología publicada por Aletheya nos da un indicio ya desde el título: “Ajuste de cuentos”. Evidente alusión al dicho que da por aprobada tomar la justicia por propia mano.
Y para esto, son seis los autores seleccionados: Teresa Ruiz Rosas, Yuri Vásquez, Fernando Rivera, Juan Pablo Heredia, Goyo Torres y César A. Álvarez. Ellos publicaron sus textos en la década de 1990 en antologías o en libros propios.
El catedrático agustino Juan Yufra, responsable de la selección, utiliza el criterio de la rebelión contra el sistema. En todos los cuentos escogidos “se vislumbra este componente de desacuerdo y subversión de las entidades sociales que recrean los autores y sus ficciones”.
“Detrás de la calle Toledo” de Teresa Ruiz Rosas, “Un blues en la noche” de Yuri Vásquez y “Mateo Yucra” de Juan Pablo Heredia (tres de los cuentos seleccionados) son ampliamente conocidos y, además, premiados por su calidad prosística y el adecuado tratamiento del tema que proponen.
“Arqueología” de Goyo Torres, “Wantan” de Fernando Rivera y “Una botella de cerveza” de César A. Álvarez proponen también la subversión contra las entidades sociales, aunque hay un cierto “forzamiento” en esto.
Pero, sin duda, como sugiere el título, son nombres que deben ser rescatados de la producción arequipeña de la década de los noventa, lo que viene a cumplir el objetivo de esta antología.
Como se recuerda, Juan Yufra escribió el prólogo para “Cuentos arequipeños”, tomo 10 de la Biblioteca Juvenil de Arequipa. “El tomo 10 tuvo sus interferencias y algunos detalles que en este volumen queremos corregir”, señala en el prólogo de “Ajuste de cuentos” (Aletheya, 2016), explicando, así, el título.
PERIODIZACIÓN DE LA LITERATURA AREQUIPEÑA
El poeta moqueguano Juan Yufra, además, ofrece algunos apuntes para una periodización de la literatura arequipeña. Basándose en similar estudio de Carlos García Bedoya, propone cuatro periodos.
El primero abarca los años de 1897 hasta 1927. Esta “Transición a la modernidad” tiene por límites los años de publicación de “Cuentos de mi tierra” de Francisco Ibáñez y “El pueblo del sol” de Augusto Aguirre Morales.
El segundo período comprende los años 1928 hasta 1958. Lo llama “Establecimiento del significante Ciudad”. Tiene por límites la publicación de “Un chullo de poemas” de Guillermo Mercado y el terremoto de 1958, que provocará la migración de otras ciudades.
El tercer período es denominado “Reconfiguración del sistema sociocultural” y abarca los años de 1959 hasta 1979. Lleva por límites la designación de Víctor Andrés Belaúnde como presidente del Perú y la elección de la Asamblea Constituyente de 1979.
Un cuarto período propuesto es “Transacciones simbólicas con el Otro (margen)”. Sus límites: la elección de José Villalobos Ampuero como alcalde de Arequipa en 1980 y la declaración de la ciudad como Patrimonio Cultural de la Humanidad en el 2000.
Una propuesta interesante, que combina elementos “literarios” con sucesos “históricos” (algunos de alcance nacional) para delimitar sus períodos. Se trata de un esfuerzo encomiable para forjar nuestra tradición que, poco a poco, comienza a consolidarse y a tener referentes propios.

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