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«Ser sapiente no te da derecho a ser tedioso».
Zoila Vega Salvatierra

jueves, 22 de junio de 2017

Momentos literarios de Arequipa

[ACLARACIÓN]
El domingo 14 de mayo se publicó un artículo mío en el “Suplemento Dominical” del diario “El Pueblo”. Estoy muy agradecido por eso. Sin embargo, debo aclarar que el editor del diario cambió el título original y suprimió los tres párrafos finales (además de agregar la sumilla del artículo periodístico y escribir la leyenda “Arequipeños tienen predilección por los libros de autoayuda”, que acompaña a una imagen).
[Aquí el texto completo]

Momentos literarios de Arequipa

Por: Carlos Valenzuela
Producto de las nuevas tecnologías, la narrativa escrita y publicada en Arequipa tiene cierto auge, relevancia y un incipiente aire mediático que le viene bien. Por supuesto, no todo es color de rosa y no todos los libros publicados en la ciudad tienen calidad literaria, pero el interés y el trabajo dedicado de algunos autores son cualidades dignas de aplaudirse. El posicionamiento de ciertos nombres y el trabajo de los autores, editores e impresores está dando sus primeros frutos.
Hace ya muchos años, un autor muy concienzudo dijo que es un lujo que una ciudad tuviera uno o dos escritores. Es evidente que se refería a aquellos escritores verdaderos, los que son profundamente competitivos. Esos escasean en todas partes. “Ni un día sin una línea” es un dicho popular que señala la importancia de la disciplina en este y en cualquier campo.
Pasaremos revista por algunos narradores arequipeños imprescindibles, aquellos que han de quedar y que, definitivamente, tienen que ser leídos por las nuevas generaciones.
De los clásicos, tenemos a Edmundo de los Ríos, el narrador más representativo de Arequipa, con su inmortal novela “Los juegos verdaderos” (1968), que recibió elogios de Juan Rulfo. Con una proliferación de las más variadas técnicas narrativas, De los Ríos narra tres momentos en la vida de un guerrillero.
De los escritores de la década del sesenta, también se debe mencionar indiscutiblemente a Raúl Figueroa, ganador tres veces consecutivas de los Juegos Florales de la UNSA (aunque aún no se ha podido verificar este dato). Sus dos textos más conocidos: “Los chacales” y “La pensión escolar”, dan cuenta de un narrador maduro con una muy buena utilización del lenguaje. Son cuentos escritos en los 60 pero que hoy se leen con una increíble actualidad y frescura.
En 1989, Teresa Ruiz Rosas publica su primer libro de cuentos, “El desván”, en el que ya evidencia muy buenas dotes narrativas. Por su experimentación con diversas técnicas en una fecha tan temprana es que este libro debe ser revalorado.
Fernando Rivera ganó el Concurso de las Mil Palabras de Caretas en 1992 (aunque este dato tampoco se ha podido verificar) y dos años después publicó el cuentario “Barcos de arena”.
Juan Pablo Heredia publicó, en 2001, “Recursos para la soledad”. Allí se encuentra el mejor cuento de este autor y una de las mejores narraciones escrita por un arequipeño: “Mateo Yucra” (cuya primera aparición fue en 1991 en una antología local). Con una estructura perfecta, este cuento es considerado el mejor relato que aborda la temática de la guerra interna; es una obra que quedará en la mente de cualquier lector. Pasarán muchos años todavía para que alguien pueda superar ese conmovedor texto.
Mención especial merece Yuri Vásquez, quien en 1994 obtuvo en Copé de Oro en la categoría cuento. Hasta hoy, es el único arequipeño que ha obtenido ese galardón.
En la primera década del 2000, específicamente en 2005, aparece “La polifonía del silencio”, recopilación de biografías de narradores y poetas arequipeños; fue realizado por Goyo Torres y Rosa Núñez. Una compilación necesaria que da a conocer a todos los escritores presentes en la ciudad hasta esa fecha.
Como si fuera un anuncio de lo que se venía, el siguiente año, Zoila Vega Salvatierra obtiene el premio de novela corta del Banco Central de Reserva con “Cápac Cocha”, una novela que aborda el misterio de la construcción de la catedral de Arequipa.
En 2010, Rosario Cardeña obtiene el premio de novela corta Julio Ramón Ribeyro con “El amante”; y en 2014 se le concede el primer lugar en el premio Altazor de Novela con “Príncipe Negro”. Dos novelas de Rosario Cardeña: dos premios literarios. Una narradora eficaz.
Si bien Orlando Mazeyra no ha obtenido ningún galardón a nivel nacional (a nivel local, tiene más de un premio), es un narrador que se debe mencionar. Ha publicado cinco libros de cuentos, de los cuales “Mi familia y otras miserias” (2013) será el libro que seguramente lo hará figurar en toda historiografía de la literatura arequipeña.
De los autores jóvenes destaca Victoria Vargas (20 años) con “Coleccionista de almas”: el mejor debut literario de 2016. Este cuentario muestra las habilidades de la narradora en el relato fantástico.
NUEVOS TIEMPOS
Narradores talentosos se han formado en nuestra ciudad o han llegado aquí para desarrollar su trabajo. Dos de ellos: Jimmy Britto y Yero Chuquicaña.
Britto nació en el norte del Perú, pero se formó aquí desde la adolescencia; ha escrito dos cuentarios, de los cuales sobresale “Pazulo, el circense”, un libro de cuentos sensible y que se aparta de los moldes narrativos tradicionales.
Chuquicaña es natural de Moquegua y también ha estudiado en la Escuela de Literatura de la UNSA; ha publicado cuatro libros de cuentos. “Air-Max 180” contiene lo mejor de su producción.

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